miércoles, 14 de octubre de 2009

CAMINO LEBANIEGO JULIO 2006


LA GRAN ODISEA

Introducción:

El Camino de Liébana es la ruta peregrina para venerar la reliquia del Lignum Crusis en Santo Toribio de Liébana: el mayor trozo de la cruz en que murió Cristo que se conserva en la cristiandad.

El año Jubilar Lebaniego se celebra cuando la festividad de Santo Toribio de Liébano (16 de Abril) coincide con domingo.

Liébana es una de las comarcas más cautivadoras de España, es un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza, desde el mar hasta la montaña.

Engloba toda la presencia de los impresionantes Picos de Europa, la sierra de Peña Sagra y la cordillera Cantábrica.




CANTABRIA INFINITA



Desde Santander hasta Santo Toribio
.

Éramos tres muchachas, bueno señoras, mejor dicho, tres osadas mujeres: una prima, una amiga española y yo.
¿Cómo se nos ocurrió? La española lo propuso y aceptamos. Fue decisión de un día. Y en solo 4 días ya estábamos montadas en el tren de Madrid dirección a Santander.

Aprovechamos el viaje para leer toda la documentación que habíamos conseguido con la idea de diseñamos la ruta. Pues nada de ruta ni de itinerario. Cuando empezamos realmente a detallar todo aquello, nos encontrábamos que cada etapa tenía varias opciones de camino. No lo teníamos nada claro. Pero como estábamos tan excitadas con esta aventura, y todas teníamos la experiencia del Camino de Santiago no le dimos mucha importancia, pensamos que con los demás peregrinos que encontráramos y las flechas lo tendríamos resuelto.


Nuestra intención era comenzar en Santander hasta Santillana del Mar. Aprox, 32 kilómetros. Pero era un tramo además de largo, muy pesado, ya que discurre por mucha carretera y caminos de asfaltos y con entornos industriales, por lo que nos recomendaron comenzar de Santillana del Mar, sobre todo por el tiempo que teníamos. Y nos fuimos en autobús hasta allá.



Primera etapa : Santillana del Mar hasta Comillas.

Quede impresionada del encanto que tiene esta hermosa ciudad empedrada, era inevitable no recorrerla y comerse el pasiego acompañado de la lecha fría, o la quesada. Es una visita obligada que tienen que hacer.
Desde aquí habían dos opciones para tomar el Camino. Nosotras nos fuimos atravesando los pueblos de Arroyo, Oreña, Caborredondo y Ciguenza, la mayor parte fue por carretera. Sin embargo no es pesada, porque atraviesas aldea con entornos muy lindos.
Durante este recorrido tuvimos la suerte de encontrar algunos peregrinos, claro nada, con lo que estábamos acostumbradas en el Camino de Santiago.



Donde más vimos peregrinos fue en el Albergue de Comillas cuando llegamos. Pero ni siquiera pudimos compartir, ya que recuerdo que pasamos un mal rato con la hospitalera del lugar por el mal trato que no había dado, tanto que fuimos a poner la queja a la Alcaldía. Nos recibió personalmente la Alcaldesa, salimos muy satisfechas con el trato y la atención que recibimos, de primera.


Por cierto Comillas también merece una visita. Está situada en la costa del Cantábrico, y además de que puedes aprovechar de darte un bañito en la playa, puedes caminar por sus calles empedradas, por el puerto pesquero y visitar la Universidad Pontificia y la espectacular construcción del Capricho de Gaudi.


Finalmente nos hospedamos en un hotel. Al día siguiente muy temprano comenzamos nuestra segunda etapa.




Segunda etapa: Comillas hacia Abanilla.

Siempre había dos opciones para tomar el Camino. La decisión la tomábamos ya por instinto después del día anterior preguntarle a l pueblo entero. Jajaja.


La salida de Comillas la hicimos por le Rio de la Rabia, con destino a San Vicente de la Barquera.
Atravesamos el Puente de la ría Rabia de donde disfrutamos también del esplendor del Parque Natural de Oyambre y de la tranquilidad de las aguas de la ría.


El Camino es por asfalto pero se hace muy agradable, porque vas disfrutando de un a hermoso paisaje con mucha vegetación y contemplando las grandes panorámicas de la costa occidental de Cantabria. Pasamos por los pueblos de Rioturbio, El Tejo, La Revilla .


Atravesando la ria de San Vicente pasamos por el puente de la Maza que era el puente más largo del reino de Cantabria en la época de su creación. Ya desde aquí podíamos divisar mucho mejor San Vicente de la Barquera. Aquí nos premiamos con una exquisita y rápida mariscada, porque teníamos que continuar dirección La Acebosa hasta llegar a Abanilla que era nuestro destino final de esta etapa.


San Vicente de la Barquera es un punto común del Camino de Santiago por la costa y del Camino Lebaniego. Aquí los peregrinos tienen que decidir cuál de los dos Caminos van a tomar.


Imagínense!!! Si hasta este punto no habíamos conocido si no a un peregrino justo en un mesón antes de llegar a Comillas, David, que era de Santander, no me quería imaginar lo que iba ser las siguientes etapas.

No se los digo porque esto fuera un obstáculo, sino que además de que este Camino no estaba muy definido como lo habíamos experimentado e el Camino de Santiago Francés, no tenía los encuentros con otros peregrinos, que realmente es una de las experiencias más bonitas del Camino de Santiago.



Saliendo justo de San Vicente de la Barquera tomando la dirección al Camino Lebaniego, que alegría, fue cuando vimos el primer letrerito que decía Camino Santo Toribio. No sé, si se le llama también “mojon”, pero en este caso era un “mojoncito”….ajajaja.


Finalmente llegamos a la Posada de Fuentes, en Abanilla, muy acogedor y en perfectas condiciones.

Tercera Etapa : Abanilla hacia Cicera.

Saliendo por el puente del Rio Nansa atravesamos los pueblos de Bielva, Cades, Sobre la Peña (Quintanilla), aquí por cierto comimos muy mal y muy caro. Lafuente, Burió Collado de Hoz hasta nuestro destino final del dia: Cicera.


Cada vez comenzábamos a entrar mas en un Camino montañosa con desniveles, valles típico montañeses, la naturaleza pura, pero por supuesto más duro.


Por supuesto no volvimos a ver ningún peregrino. Si acaso uno que otro carro que pasaba cuando nos tocaba caminar por la carretera. La verdad que estábamos bastante solas. Pero igual caminábamos juntas pero cada una a su ritmo, es imposible hacer un Camino amorochadas…ajaja. Pero siempre muy pendiente una de la otra.



Cuando descansábamos nos reíamos de nostras mismas, y yo les decía: “niñitas, por favor que no nos pase nada” porque allí no se entera ni papa dios.

Los pocos letreros que conseguíamos en la mayoría de los casos te anunciaban dos opciones para seguir el Camino, y la verdad que nunca sabíamos si habíamos tomado la mejor hasta que finalizamos la última etapa.


En Cicera llegamos a Molino de Cicera. Una espectacular casa rural, en pleno corazón de los Picos de Europa.

Tan espectacular como su dueña, la famosa ASUN. Encantadora, servicial, y además muy conocedora del Camino, fue nuestra salvadora.


Creo que era la primera persona que conseguimos que nos hablaba con conocimientos reales. Por supuesto que desde que nos conoció, mas nunca le dejo de sonar el móvil. La teníamos como la guía de Michelin. Jajaja.
Y encima de guía turística, nos llevo al mirador de Santa Catalina, no se lo pierdan, es impresionante la majestuosidad como se ven los Picos de Europa desde aquí.

También nos llevo a un balneario ubicado en la Hermida donde nos hemos dado un baño en un manantial que el agua tenia aproximadamente 60 grados de temperatura. Fue súper relajante.

Cuarta etapa: Cicera hacia Potes.

LA GRAN ODISEA.




Siguiendo las recomendaciones de Asun, hemos llevado solo una mochila para las 3 con las cosas más importantes, ya que era una etapa sumamente dura y de mucha montaña. Las otras dos las mandamos para Pote con el panadero del pueblo.


Salimos de Cicera muy temprano camino a Lebeña. Un tramo de con muchas subidas y bajada pero realmente con una naturaleza hermosa.


Cada vez estábamos mas solas, aquí lo único que se escuchaba era el ruido del silencio.

La cosa comenzó a ponerse difícil, no estábamos seguras si íbamos por el camino correcto, llamábamos cada media hora a la pobre Asun, quien nos decía que buscáramos una casa que tenía un árbol. No me podía imaginar una casa en aquello tan desolado.


Empezamos a tener una neblina, que no nos veíamos ni nosotras mismas. Creo que estábamos nerviosas pero no desesperadas, hasta que tuvimos muy de cerca de nuestras narices todas las vacas y toros del mundo.

Llamamos a Asun ya un poco atacadas, y no se le ocurrió otra cosa que decirnos, que tuviéramos cuidado porque podían ser peligrosas, después que la amaba tanto la quería como ahorcar. Y encima no pudo terminar de decirme por donde era el camino porque nos quedamos sin cobertura.

Gracias a Dios la neblina se fue levantando, pero tuvimos alrededor de dos horas perdidas dentro de un paraje virgen, intacto, lleno de acebo (plantas navideñas).
Encontramos un letrero que decía Lebeña 3,5 kmts. 1h 20´ (Sendero de montaña: pasos difíciles)
Comenzamos a subir hasta que llegamos finalmente a Lebeña, vimos a una señora y corrimos a preguntarle cual era la ruta que debíamos tomar para ir a Potes.


También vimos un letreo con una flecha que decía a Santo Toribio de Liébana 24 kilómetros.
No saben la emoción!!! Por fin vimos alguien y algo…..ajaja, Pero lamentablemente solo fue por unos segundo.


Los peregrinos brillaban por su ausencia. Yo nunca entendí que pasaba.


No teníamos ni 20 minutos caminando y nos grita una señora desde la ventana de su casa: “Puta madre que la pario. Como van a ir por allí”.


Claro después entendimos. Habíamos tomado la peor ruta. No saben lo peligrosa. Nos fuimos por el Desfiladero de la Hermida . Tienen que ver las pocas fotos que pude tomar para que me lo crean.
Estábamos al borde de un precipicio, ya no caminábamos, nos arrastrábamos de nalgas, por las inmensas paredes de roca caliza.



Yo tengo un gran defecto, o a lo mejor virtud, que cuando más nerviosa estoy me entra ataque de risa, y mi amiga se ponía furiosa porque no le parecía nada gracioso. Y más aun cuando comienzo a bromear preguntándole que si tenían algún seguro de vida. Uhhyyy me quería matar.

Tirábamos la mochila y luego nos arrastrábamos evitando mirar hacia abajo que estaba la carretera.

Por fin desde allí, salimos a la carretera , al pueblo Castro Cillorigo. Seguimos por la carretera pasamos por Tama donde conocimos a Chucho, dueño del Bar Casa Felipe, nos atendieron de maravillas, (bueno me imagino la cara que traíamos), pasamos por Ojedo hasta que finalmente llegamos a Pote realmente destrozadas a las 7.45 de la noche, pero “vivitas y coleando”.
La impresión más grande es encontrar el Potes tantos Peregrinos, bueno a lo mejor no eran muchos, pero a mí me parecían un montón.



Por un segundo dude de mis habilidades (jajja), pensé que todos habían hecho lo mismo que nosotras y estaban allí desde hace mucho, porque tenían cara de muy relajados.
Por supuesto a todos nos les acercamos para preguntarle por donde habían ido. Por supuesto que NINGUNO hizo la ruta de nosotros, creo que no existía esa posibilidad para nadie, era demasiado una ruta muy riesgosa para hacerla caminando. Todo el mundo horrorizado.
La verdad que después de todo nos sentíamos heroínas….ajaja

Quinta etapa: Potes hacia Santo Toribio de Liébana. Destino Final

Solo a 3 kilómetros de Pote se encuentra el Monasterio de Santo Toribio, se considera el monasterio más antiguo de España donde el culto se ha mantenido ininterrumpidamente.

La misa del peregrino recuerdo que fue realmente muy linda, con una música muy conmovedora. Y recibimos nuestra muy merecida indulgencia plenaria.

Hasta aquí llego nuestro Camino.




Hoy contándoselos lo he vuelto hacer y les digo que no dudaría en regresar.
Quede muy impactada con la belleza de Cantabria. Tener tan cerca los majestuosos Picos de Europas fue realmente emocionante, me sentí muy privilegiada. Para mí fue una vivencia excesivamente espectacular e imborrable.

REALMENTE CANTABRIA ES INFINITA.

Ligia Muci Ramos.












1 comentario:

  1. Hola chicas: Gracias por vuestro blog. En un par de semanas cinco amigas nos vamos a hacer el camino Lebaniego y me ha encantado leer vuestra experiencia. Ya estoy deseando ir..

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